Los testigos de Jehová y la educación…

Testigos_de_Jehova_Educacion

No, no nos referimos al folleto que lleva ese nombre. Supongo que un título más exacto  sería: Los testigos de Jehová y la educación SUPERIOR. A modo de introducción, considere parte de lo que se publicó en la ¡Despertad! 22 de agosto de 1994:

*** g94 22/8 pág. 4 ¿Deberían cursarse más estudios, o no? ***

¿CUÁNTA educación escolar se necesita para mantenerse? La respuesta depende del país donde se viva. Parece que en muchos lugares ahora se necesitan más estudios para poder ganarse la vida que hace unos años. En algunos casos, la educación mínima exigida por la ley no basta.

[…]

Los cristianos verdaderos no miran despectivamente ni tratan como si fuesen inferiores a los que no han cursado más estudios, ni tampoco excluyen ni rechazan como arrogantes a los que sí lo han hecho. El apóstol Pablo escribió: “¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté en pie”. (Romanos 14:4.)

Jesús reflejó esta postura equilibrada. No menospreció a los que eran “iletrados y del vulgo”, ni se retuvo de escoger a Pablo, un hombre muy instruido, para llevar a cabo una importante obra de evangelización. (Hechos 4:13; 9:10-16.)

*** g94 22/8 pág. 8 Mantenga la educación en su debida perspectiva ***

Después de sopesar los diversos factores implicados, algunos testigos de Jehová han decidido ampliar sus estudios. Por supuesto, han tenido que esforzarse por mantener la educación en su debido lugar. ¿Qué les ha ayudado a hacerlo? “A mí me ayudaron varias cosas —dice un joven brasileño llamado John—. No me perdía las reuniones cristianas ni siquiera cuando tenía que estudiar de noche. Además, desde el mismo principio les decía claramente a mis compañeros de clase que era testigo de Jehová.”

Han pasado 21 años desde que se publicaron esas palabras. Por primera vez, parecía que el “esclavo fiel y discreto” comprendía que en países como Brasil (ampliamente citado en dichos artículos), la educación suplementaria no era cuestión de gusto, sino de necesidad. En aquella época, parecía que se daban cuenta de que hay partes en el mundo donde cursar una carrera universitaria, no necesariamente conlleva todos los “supuestos” riesgos que tanto se habían expresado en la literatura (por ejemplo, mudarse a un campus como ocurre en EE.UU.).

Quienes estábamos ante tal disyuntiva en la década de los noventa, poca atención prestábamos a quienes decían que el “esclavo fiel y discreto” estaba relajando su postura. Citando una ¡Despertad! de unos 25 años atrás, algunos se lamentaban por no haber estudiado una carrera universitaria. Expresiones como “de haber sabido que lo iban a terminar permitiendo, lo hubiera hecho” fueron un tanto comunes cuando se publicaron los artículos citados en 1994. Pero ¿cuál era la postura de la organización a la que hacían referencia aquellos hermanos?

Se referían a la ¡Despertad! del 22 de agosto de 1969 que en la página 15 bajo el artículo “¿Qué futuro para los jóvenes?” señaló lo siguiente:

Despertad_22_de_agosto_1969Si tú, lector, eres joven, también tienes que enfrentarte al hecho de que nunca envejecerás en este presente sistema de cosas. ¿Por qué no? Porque toda la evidencia en cumplimiento de las profecías bíblicas indica que este sistema corrompido habrá de terminar en unos cuantos años. De la generación que observó el principio de los «últimos días» en 1914, Jesús predijo: «De ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas esas cosas.» –Mat. 24:34.

Por lo tanto, como persona joven, nunca realizarás alguna carrera que ofrezca este sistema. Si estás en la secundaria y piensas en una educación universitaria, esto significa por lo menos cuatro, quizás hasta seis u ocho años más para que obtengas tu título de una carrera especializada. Pero ¿dónde estará este sistema de cosas para ese tiempo? ¡Estará bien avanzado hacia su fin, si es que no habrá desaparecido en realidad!

Es por eso que a los padres que basan su vida en la Palabra profética de Dios les es mucho más práctico dirigir a sus jóvenes a oficios que no requieran tan largos períodos de educación adicional. Y los oficios como carpintería, plomería y otros, no solo serán útiles ahora, sino quizás aún más en la obra de reconstrucción que se efectuará en el nuevo orden de Dios.

Después de leer lo que se publicó en 1969 y la forma en que, 25 años después la ¡Despertad! de 1994, relajaba dicha postura y aconsejaba no criticar a quienes tomaban la decisión de cursar estudios universitarios, qué gran desilusión padecimos varios dentro del pueblo de Jehová al darnos cuenta que, entrado el nuevo milenio, el cuerpo gobernante optó por desechar dichas expresiones de apertura hacia la educación superior y asumió de nuevo una postura farisaica y entrometida sobre este punto en particular.

Pasaron los años, y los artículos de 1994 fueron quedando en el olvido. En su lugar, fueron apareciendo varios artículos en la sección «los jóvenes preguntan» que mostraban que la postura de los hombres que dirigen a esta organización humana volvía a endurecerse. Eventualmente se tocó el tema en artículos de la revista Atalaya (indicando así que el asunto empezaba a tomar vicios de ser una cuestión «doctrinal»). Como ejemplos se pueden analizar la Atalaya 1 de octubre de 2005, págs. 26-31, la Atalaya 15 de abril de 2008, pág. 4, párr. 10 o el flamante libro de Jeremías en los párrafos 7 y 8 del capítulo 4. En fecha más reciente se publicó el artículo “Sirvan a Jehová como esclavos” en la Atalaya 15 de octubre de 2013, págs. 9-14.

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Es de notar que el actual cuerpo gobernante dio su golpe maestro a partir de la agenda que consideró el superintendente de circuito con los ancianos en el período de marzo a agosto de 2008. En ella se planteaba lo siguiente, entre otras cosas:

REUNIÓN DEL SUPERINTENDENTE DE CIRCUITO CON LOS ANCIANOS Y LOS SIERVOS MINISTERIALES

PROGRAMA DE MARZO A AGOSTO DE 2008

Tema: “Sigue reteniendo el modelo de palabras saludables que oíste de mí” (2 Ti 1:13)

¿Seguiría un hermano satisfaciendo los requisitos para tener privilegios en la congregación si él, su esposa o sus hijos cursaran estudios superiores? [Pida comentarios breves sobre 1 Timoteo 3:13 y Tito 1:9]

Situación: El hijo de un anciano está estudiando la carrera de arquitectura, vive con sus padres, es siervo ministerial, ha organizado su educación para que no estorbe las reuniones ni el ministerio, cada cierto tiempo es precursor auxiliar y la familia no promueve la idea de que otros deberían obtener ese tipo de educación

Preguntas: Por su modo de vivir y el de su familia, ¿puede decirse que este anciano enseña a los suyos a poner el Reino en primer lugar? (Mt 6:33.) [Si algún hermano o miembro de su familia está recibiendo educación superior para encontrar un trabajo específico, no la promueve y está claro que tanto él como su familia buscan primero el Reino, sus privilegios de servicio no tienen por qué verse afectados. Algunas profesiones exigen que la persona reciba periódicamente cursos de actualización para que no pierda su licencia profesional]

Situación: La hija de un anciano estudia en la universidad lejos de casa con el fin de ganar más dinero. El anciano y su esposa están contando a otros hermanos que su hija lo hace porque ellos se lo pidieron pensando en la buena situación económica que ella tendrá y el prestigio que la familia ganará.

Preguntas: ¿Qué opinión tiene esta familia de lo que el esclavo fiel ha dicho sobre la educación superior, según revelan sus palabras y conducta? (Sl 1:2,3; 1 Co 2:13-16; 3Jn 9) [Cuando un siervo nombrado promueve la educación superior para obtener ganancia económica o prestigio, esto pone en duda que cumpla los requisitos para servir a la congregación, pues se ven afectadas su franqueza de expresión y la de sus compañeros ancianos].

Posteriormente, en cuestión de 2 años se preparó una Escuela del Ministerio del Reino para ancianos y siervos ministeriales y a ambos auditorios se les presentó el tema «Sigan tras la educación divina». ¿Qué se reafirmaba y enfatizaba de manera tajante en dicho discurso? Dejemos que la carta 6 de marzo de 2012 enviada a los cuerpos de ancianos a manera de resumen sobre dicho discurso, nos de la respuesta:

C-20120306-EMR2011

              Sigan tras la educación divina. Algunos hermanos están cursando estudios superiores porque consideran que así tendrán cierto grado de seguridad económica. Como saben, los sistemas de educación varían de un país a otro. En Estados Unidos, por ejemplo, las escuelas públicas ofrecen doce años de enseñanza básica. Al terminarla, los estudiantes pueden asistir a la universidad otros cuatro años o más para obtener una licenciatura, o hasta seguir estudios de postgrado en carreras como Medicina, Derecho, Ingeniería, etc. Es a esta educación universitaria a la que nos referimos con la expresión educación superior (w05 1/10 26-31).

              Naturalmente, la educación es una parte esencial de la vida del cristiano, y por eso le concedemos gran valor. De hecho, sin educación no estaríamos preparados para asumir nuestras responsabilidades, ya sean de tipo material o espiritual (1 Tim. 5:8). El problema es que Satanás, el maestro del engaño, ha convertido la educación superior en un campo minado para los cristianos (2 Cor. 11:14). Muchos de nuestros jóvenes se han descarriado de la fe o han cometido actos de inmoralidad mientras cursan estudios superiores, pues la lucha por la fe se hace especialmente difícil cuando uno se aleja de la buena influencia del hogar y de la congregación y se expone al ambiente universitario (Jud. 3). Además del peligro de las malas compañías, la educación superior suele erosionar la fe en Jehová y en la Biblia. Por esta razón, antes de tomar una decisión, todos deben sopesar con mucho cuidado las desventajas y las aparentes ventajas de emprender estudios superiores. El cristiano debe recordar que el propósito de la educación complementaria debe ser alabar a Jehová y servirle de la manera más amplia y eficaz posible, así como satisfacer sus necesidades materiales (Ecl. 12:13).

              Ahora bien, se espera que los hombres nombrados sean ejemplares en prestar atención a las advertencias del esclavo fiel y su Cuerpo Gobernante en lo que toca a la educación (Mat. 24:45-47). ¿Seguiría llenando los requisitos para ser anciano, siervo ministerial o precursor si un hermano, su esposa o sus hijos emprendieran estudios superiores? Mucho depende de las circunstancias y de cómo lo vean los demás. Cuando surja esta situación, el cuerpo de ancianos deberá analizar las siguientes preguntas y citas bíblicas:

  • ¿Demuestra que pone en primer lugar los intereses del Reino? (Mat. 6:33.)
  • ¿Enseña a su familia a poner en primer lugar los intereses del Reino?
  • ¿Respeta lo que ha publicado el esclavo fiel sobre los peligros de la educación superior? (3 Juan 9.)
  • ¿Revelan sus palabras y su conducta que es una persona espiritual? (Sal. 1:2, 3; 1 Cor. 2:13-16.)
  • ¿Cómo lo ve la congregación?
  • ¿Por qué quieren él o su familia seguir estudios superiores?
  • ¿Tiene la familia metas teocráticas? (Fili. 3:8)
  • ¿Interfieren los estudios con la asistencia regular a las reuniones, la participación significativa en el servicio del campo u otras actividades teocráticas?

              Tras analizar el asunto con detenimiento y con la ayuda de la oración, es posible que el cuerpo de ancianos perciba fácilmente que el hermano no menosprecia lo que la organización ha publicado con respecto a la educación superior y que la congregación sigue respetándolo. También es posible que lleguen a la conclusión de que tanto él como su familia ponen en primer plano los intereses del Reino si la educación superior no interfiere con las reuniones y el ministerio. En tal caso, podrían decidir que el hermano conservara su privilegio (1 Tim. 3:2, 4-6; Heb. 13:7).

            No obstante, si un hermano fomenta la educación superior por las ventajas materiales o el prestigio que puede reportar, se pondrá en tela de juicio su capacidad para servir porque tanto él como sus compañeros nombrados carecerían de autoridad moral para expresarse con franqueza (1 Tim. 3:13; Tito 1:9). En consecuencia, el cuerpo de ancianos podría determinar que ya no satisface los requisitos como siervo nombrado. Con todo, en la mayoría de los casos una decisión así se tomaría al tiempo de la visita del superintendente de circuito. Si el hermano implicado no concuerda con la decisión, puede exponer sus razones por escrito, y su carta se enviará junto con el informe del superintendente de circuito.

Laa Escuela del Ministerio del Reino de 2010-2011 dejó claro que lo que más le dolía al cuerpo gobernante (ahora «esclavo fiel y discreto») era que ‘no se prestara atención a sus «advertencias»‘. Con todo, el lector perspicaz podrá darse cuenta de cómo un tema aparentemente de elección personal (algunos ancianos todavía luchan por establecerlo así desde la plataforma, sabedores de que se están enfrentando a un sistema cerrado que no les dará dicha libertad por mucho tiempo), se vuelve a convertir en un aspecto que reglamenta la vida de quienes desean formar parte de esta organización.

Lo más preocupante de todo esto, es que en muchas latitudes del planeta, los ancianos de congregación (que han recibido en varias ocasiones el mensaje antes publicado) han captado el mensaje oculto que los invita a ejercer de «tiranos» y ahora ANIMAN a sus jóvenes a dejar los estudios truncos y lo que es peor, CRITICAN a aquel que osa seguir con algún tipo de educación suplementaria (aunque no caiga en el rubro de los que faltan a las reuniones o dejan de predicar), imponiéndoles lo que ellos consideran correcto.

La situación empeora en países como México, donde el término «educación secundaria» se entiende como la educación que se culmina a los 14 o 15 años, dejando a muchos niños desprotegidos y sin la oportunidad de aspirar a estudiar «un poco más». La educación secundaria en otras regiones culmina a los 18 o 19 años y aunque es más que claro que esa educación todavía no ha sido satanizada por el esclavo fiel y discreto, en muchos lugares un siervito de Jehová no puede ni soñar con recibirla.

Todavía para empeorar más la situación, en muchas localidades los padres testigos de Jehová, muchos de ellos ancianos de congregación, están sacando a sus hijos de la misma primaria, impidiéndoles que terminen dicha etapa escolar. Bajo el argumento de «¿para qué? si ya viene el fin…» muchos niños están siendo privados de una porción de su vida que la misma ley del Cesar, que tanto se ufanan de respetar en la organización, exige. De hecho, en muchos países, el Cesar exige que los padres le brinden a sus hijos una educación hasta el rango de «media-superior» (Marcos 12:17). ¿Qué piensan de eso muchos ancianos de doble moral que por su parte critican y coaccionan a las ovejitas a que saquen a sus hijos de la escuela? ¿Qué piensan de esto en Betel? Porque dudo mucho que no estén enterados a través de los viajantes de esta preocupante situación.

Más y más precursores, excelente para sus estadísticas, pero la realidad que esconde esta doble moral es que hoy por hoy, a muchos niños y jóvenes se les está privando de esta oportunidad y lo más triste es que al crecer, muchos de ellos no terminan siendo personas «espirituales», dedicadas al 100 por ciento al supuesto mensaje del reino. Muchos de ellos terminan sin trabajo o haciendo alguna labor malpagada y esto, no se puede reclamar a la organización por supuesto porque si alguien quiere hacerlo, obviamente que invocarían ahora sí aquello de que «siempre hemos dicho que la educación suplementaria es una decisión personal» (recuerde que ellos NUNCA se equivocan).

Me entrometo en tu vida, te digo cómo vivirla, pero no olvides que el único culpable de las consecuencias serás tú. Triste reflexión que seguramente, yace en el pozo de los pensamientos reprimidos de mucha gente dentro del pueblo de Jehová.

2 Corintios 1:24 – No es que intentemos imponerles la fe, sino que deseamos contribuir a la alegría de ustedes, pues por la fe se mantienen firmes.

1 Pedro 5:3 – No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño.

4 comentarios en “Los testigos de Jehová y la educación…

  1. Los cristianos verdaderos no miran despectivamente ni tratan como si fuesen inferiores a los que no han cursado más estudios, ni tampoco excluyen ni rechazan como arrogantes a los que sí lo han hecho. El apóstol Pablo escribió: “¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de casa ajeno? Para su propio amo está en pie o cae. En verdad, se le hará estar en pie, porque Jehová puede hacer que esté en pie”.

    PSICOLOGIA INVERSA CON ESTO LOS QUE NO LOS VEIAN MAL AL LEERLOS VAN A HACER LO CONTRARIO A LO QUE ESTO DICE

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